UNA SIMPLE ROSA ROJA

Cuando me llegue el día
de la oscuridad completa.
Cuando me llegue el día
de la noche eterna.

Cuando mi cuerpo yazca
entre cuatro maderas,
y la luz de mi mirada
vague en las tinieblas.

Cuando por fin goce
de la paz infinita.
Cuando por fin no sufra
las penas terrenas.

Cuando mis pensamientos
como fuego se extingan.
Cuando mis sentimientos
para siempre se pierdan.

Apoyada en mi pecho,
junto a mi corazón callado,
tan sólo una rosa roja
con espinas en su largo tallo.

Indolentemente pasado
entre mis gélidas manos,
con sus aguijones clavados
en mis dedos de mármol.

Con su embriagador aroma
mi postrera morada plena.
Con su hermosura lozana
para mí siempre eterna.

Entonces. Tan sólo entonces.
Esa sencilla rosa roja,
en mi pecho apoyada
con sus espinas en mí clavadas.

Me dará la certeza primera
de que, habiendo a muchos querido,
alguien sin yo haberlo sabido,
me amaba... ¡Me ama!


© J.E.C.L.