ADIÓS PERMANENTE

Si locamente adiós te estoy diciendo,

quiero que tú sepas muy claramente

que es para los dos adiós permanente,

aunque de pena yo me esté muriendo.

 

Llorará mi corazón malherido

por tu amor, sangrando, cuando esté ausente

ya que tu recuerdo estará presente

y que jamás él lo echará al olvido.

 

Otro amor podrá llamar a mi puerta.

Posiblemente le abra mi corazón,

pues mi alma a su pesar no estará muerta.

 

Con las lágrimas que por ti derrame,

formaré un rosario de blancas perlas.

Amando a ese amor, aunque a ti te llame.

 

© J.E.C.L.28-11-2008

 

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