SI LA VANIDAD ES SER POETA

¿Será verdad que existen esos dioses

que encumbrados en regios pedestales

y coronados de insignes laureles

observan con desprecio a los mortales?

 

Es muy corriente, es lo normal,

sucede en cualquier lugar

y como en todas partes,

aquí lo mismo, queda confirmado,

si alguien no se arrima

queda por todos desplazado

a menos que, por vanidad,

a las vanidades se haya arrimado.

 

Se crea un Olimpo de poetas

donde se vanagloria lo plagiado.

Se alaban las malas obras

de palabras muy rebuscadas

que al lector deja mareado,

y entre sí son encumbrados

a lugares de privilegio

que ellos mismos han creado.

 

Si la vanidad es ser poeta

y yo no pretendo serlo,

¿a quién le importa mis letras?

 

© J.E.C.L.