PERDIDO EN LA MEMORIA

Desapareciste…

Te fuiste de mi vida,

ya que aquí no estás.

Tan sólo por mi amado recuerdo,

ahora, como una sombra deambulas.

Y es ahí, con suaves susurros,

donde, una y otra vez,

entre trinos melodiosos de jilgueros,

tarareas nuestras canciones de amor.

Es ahí, donde siguen brillando tus ojos

como si fueran dos luceros,

cuando creo que piensas en mí.

¡Si es que aún, en mí piensas!

 

Es en ella, mi memoria.

Esa maldición por seguir vivo,

la que añora constantemente

a quien todo para mí lo ha sido,

y que al marchar,

dejó en ella su indeleble huella,

evocándola día y noche

en cada bocanada de aire que respiro,

y en cada uno de mis suspiros.

 

Sé, que aquí conmigo no estás,

ni tampoco sé dónde.

Pero en la silente noche,

dominado por el cansancio

de los largos días que te imagino,

al intentar dormir,

escucho tu dulce arrullo.

Quizás… ahora,

estés contemplando nuestra luna.

Aquella luna mágica

que nuestros felices rostros iluminaba,

y que, muchas veces,

nuestras unidas sombras ocultaba.

Para mí...

Desde que te marchaste,

me ha sido negada.

¡Desde entonces, la he perdido!

 

Por tu recuerdo, atrapado estoy.

Y por tu fulgor, para siempre,

traspasado he quedado.

 

Hiciste aflorar lo mejor de mí,

haciéndome brillar como rutilante estrella,

y despedazándome en el tránsito

en más de mil pedazos.

No sé lo que entonces me pudiste dar,

que al restablecer los segmentos,

en cada uno de ellos

tu resplandor habías dejado.

Te has marchado.

Y ahora, todo mi ser. Mi memoria.

¡De todo él, está impregnado!.

 

Sigo sintiendo tu acompasado latir...

Acompañando al de mi corazón desbordado.

Y pienso que te traiciono siempre al decir,

que he sido yo el abandonado.

Con ello olvido que me dejaste,

y que tan sólo sé que de mi lado te fuiste...

Jamás podré negar

que parte de mí murió contigo.

Pero también es verdad

que, mucho más de ti,

y perdido en mi memoria.

¡Vivirá eternamente conmigo!

 

© J.E.C.L. 21-04-2003.