PÁGINAS EN BLANCO

Las silenciosas lágrimas de aquellos días,

que por ti, y por tu adulterado amor

mis incrédulos y ya resecos ojos vertieron,

sin motivo ni razón,

se eternizan escribiendo sus versos malditos,

introduciéndose por las hendiduras

de mi alma extenuada.

Mientras que las sigilosas horas,

de mi acallada y maltratada vida,

continúan arrastrándose jadeantes

por este espejo oscuro que es el mundo,

dejando, con su raudo o lento paso,

un reguero de páginas en blanco

repletas de insufrible dolor,

con esa savia amarga

que va inundando mi triste corazón.

Y, por la desolación de tu ausencia

que, irremediablemente, va desgajando

el ocaso de un último suspiro

en mi perdurable noche opaca.

 

 

© J.E.C.L.   28-4-2003