NEGRO CORCEL

Por los recónditos parajes de mi mente,

cabalgas con salvaje galope suicida

bordeando los desiertos de la pasión

que, bajo el eterno ocaso, se adormece.

 

El fuego de tu cielo corre por mis venas,

y raudales de lava recorren mis entrañas

de magnos terremotos estremecidas,

con la agitación de sueños a la carrera.

 

Como ruinas de antiguos lares,

de civilizaciones extintas con ejércitos ficticios

encumbrando la sensualidad de las agrestes dunas

del vasto desierto sin cambios.

 

¡Así he quedado!

 

Y en mi horizonte,

no vislumbro el oasis para el reposo.

No encuentro campamento errante

en busca de la plaza que me corresponde.

Ni tan siquiera una datilera de frutos jugosos

que mi sed de amor y justicia calmen,

y que toda mi ansia adormezca.

Otorgándome, de sus inútiles jaeces librar…

al negro corcel de esta agonía.

 

 

© J.E.C.L.    20-10-2003