Como nietas de Urano y Gea que son,

de nueve noches de amor seguidas

entre Mnemósine y Zeus, todas ellas nacidas.

¡Cielo y Tierra en perfecta unión!

 

Cantantes ilustres en fiestas de Dioses.

Séquito glorioso de Apolo y su belleza.

Con sabiduría, justicia, clemencia y sutiliza,

para el buen gobierno, acompañantes de Reyes.

 

Con gran donosura esparciendo fragancias,

por el monte Parnasos ufanas pasean

presidiendo las artes y las ciencias.

Llenando la fuente Castalia con sus esencias,

donde sus cristalinas aguas los artistas,

para su purificación, saborean.

 

¡Inspiración Divina de filósofos y poetas!

 

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¡CALÍOPE!   - La de bella voz -

 

La mayor y más distinguida.

Poseedora de la más grande elocuencia,

la mano de Homero guiaste con complacencia,

dejando La Ilíada y La Odisea

por siempre inmortalizadas.

 

Como madre sublime de la poesía épica,

acertó fielmente quien te representara

blandiendo, con elegancia y finura,

el estilete y tu tabla de escritura.

 

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¡CLÍO!   - La que ofrece gloria -

 

En tu interior posees toda la Historia,

y la tan extensa poesía heroica.

Acompañante fiel de Calíope, tu hermana,

sosteniendo la pluma de los poetas,

para engrandecer a los héroes

en miles de batallas y proezas.

 

Creadora e impulsora del alfabeto.

Amante acérrima de las letras.

Con firmeza, sostienen tus manos blancas

un gran rollo de pergamino abierto.

 

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¡ERATO!  - La amable -

 

Nadie como tú, y los dulces sones de tu lira,

que te acompaña para suavizar tu mímica,

ha sido jamás capaz de inspirar

tanto amor, tanta belleza en las poesías.

Eres pasión de poetas enamorados

Y todas  las palabras lisonjeras

Para obtener tributos conquistados.

 

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¡EUTERPE!  - La muy placentera -

 

Con tu flauta siempre reluciente

de notas suaves y acompasadas,

los músicos encuentran en ti la fuente

para sus obras bien orquestadas.

No tan sólo de música eres inspiradora.

De los poetas en su lírica,

eres la mayor instigadora.

 

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¡MELPÓMENE!  - La melodiosa -

 

Madre de todas las tragedias

que, gracias a tu presencia,

de Edipo, Electra, Julio César,

y de muchos  humanos más,

conocemos sus vivencias.

Hasta nuestros días has llegado,

rasgando las que ya son inmortales vidas

con el cuchillo que portas en una de tus manos,

sin llegarte a poner la trágica máscara

que, con señorío, sostienes en la otra.

 

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¡POLIMNIA!  - La de muchos himnos -

 

Siempre meditativa.

En marmórea columna apoyando un codo,

con mirada profunda y seria

y, delicadamente posando

uno de los dedos sobre tu boca

como símbolos del silencio y discreción.

Eres muestra de la gran elocuencia

de  todos los sagrados himnos.

 

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¡TERPSÍCORE!  - La que deleita en la danza -

 

Por muchos te es adjudicado

el parto de las Sirenas,

y aunque sentada con lira en mano,

eres del movimiento la gracia.

Con tu lira lanzas sones al viento

acompañados de coros dramáticos,

que son bailados con sentimiento.

 

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¡TALÍA!  - La festiva -

 

La poesía pastoral nos traes

ya que, cayado de pastor posees.

Pero tu propio nombre lo indica.

Cuando tú apareces, llega la alegría.

Llevas el arte de la comedia

en lo más profundo de tus entrañas,

y dichosa lo muestras,

en la amplia sonrisa de tu máscara.

 

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¡UCRANIA!  - La celestial -

 

La más olvidada de todas.

Con tu mirada puesta en el cielo,

envuelta tú, en manto de estrellas,

eres portadora de una gran y hermosa esfera

que luce en tu mano izquierda.

Y en tu derecha, una espiga dorada,

como símbolos para toda la eternidad,

de astrólogos y astrónomos, protectora.

 

© J.E.C.L.  20-2-2004