LA ROSA

LA ROSA, LA MÁS HERMOSA

 

De las flores, la más hermosa.
De todas ellas, la más delicada.
De las flores, la más armoniosa.
De todas ellas, la más perfumada.

Eres tú... ¡Oh bella rosa!
de todas, la más deseada.
Eres tú... ¡Oh bella rosa!
por todas, la más envidiada.

Tu tallo frágil y esbelto,
consciente de tu hermosura,
de espinas está cubierto
para proteger tu ternura.

Con ello crees estar segura,
y altiva sonríes coqueta.
Mas, es tan grande tu hermosura,
que te alcanzan manos inquietas.

Si como premio a la belleza,
el inconsciente Paris,
en vez de aquella manzana
a ti te ofreciera.

No habrías sido tomada
por ninguna de las Diosas.
Ni Afrodita, ni Atenea, ni Hera.
Tú eras..., eres, la más hermosa.

Son tus pétalos ondulados
como alas de mariposa,
que, al saber tan delicados,
el rocío en ellos reposa.

Esos besos tan delicados
que tan sólo te roza,
son por ti desdeñados
como si fueran broza.

Se deslizan por tus pétalos
como lágrimas furiosas,
arrastrando hasta los suelos
sus amarguras odiosas.

Si eres roja. ¡Oh rosa!
Eres la savia de la vida
que por las venas fluye airosa,
sin querer ser retenida

Eres el fuego de la pasión,
y el rubor de la inocencia.
Eres la ira, y la emoción
de toda inconsciencia.

Por el bermejón clavel,
tu color es envidiado,
al saber que no es él
como tú tan deseado.

Si eres blanca. ¡Oh rosa!
No hay doncella que te iguale.
No hay doncella que mantenga
tan inmaculada pureza.


Para todos los amantes


© J.E.C.L.