LA LEVEDAD DEL SER

Olvida los sones de los tambores

que golpean con fuerza tus sienes.

Olvida la llamada de esta jungla

que te induce a conseguir sus bienes.

 

No pierdas de tu alma la pureza

por culpa de fatuas banalidades,

ni llenes tu simple corazón de dureza

luchando por falsas realidades.

 

No contamines tu abierta mente

con los negros humos de las calles,

ni bebas las pestilentes aguas

que manan de sus engañosas fuentes.

 

De ponzoña tus ideas no impregnes

de otras ideas envenenadas,

en corruptas mentes fraguadas,

de equívocos hermosos valles.

 

No prostituyas tu propio ser

por semejante jungla mecanizada,

ni te dejes arrastrar por el oropel

de una absurda vida regalada.

 

No te dejes influenciar

por los lobos de inocencia disfrazados,

que tan sólo ensalzan tu vanidad,

para tener tu espíritu encerrado.

 

No olvides como ser humano

que tienes tu propia personalidad

y que, como exclusiva realidad,

el ser tú mismo, sólo está en tus manos.

 

© J.E.C.L. 3-4-2005