La verdad y la amistad

Llevo tiempo ya con una extraña sensación. Sensación que con el paso de los años se ha ido agudizando y últimamente más y más.

La mayor parte de la gente que he conocido o conozco, parece como si viviera de mentiras, ya sea de cosecha propia o de las que otros les inculcan y, como se han acostumbrado tanto a ellas, cuando se les dice las verdades pasa lo que pasa; se pierden las amistades.

Claro que no hay bien que por mal no venga y esas pérdidas me demuestran que la “amistad” tan sólo era una palabra en sus bocas manifestando así sus propias mentiras.

Por todo cuanto he ido viendo, he llegado a la conclusión de que, la sinceridad, no es moneda que circule, ya que bien pocos la poseen porque apenas nadie se la queda y por eso, no se entrega.

 

                                                                                                        ©  J. Cano