EN UN MUNDO DE SOMBRAS

¡Nada tengo! ¡Nada poseo!

Si es por poseer. ¡Todo lo tengo!

Y si es por tener lo que no poseo.

¡Nada deseo! Porque… ¡Nada tengo!…

Y todo lo tengo, porque poseo… ¡Mi cerebro!

 

Miradas perdidas en sus propios sueños.

Rebuscando en sus dañadas memorias,

los recuerdos más cercanos olvidados.

Balbuceando palabras incoherentes

de momentos felices del pasado,

que mezclan con voces del presente.

¡Perdidos!

¡Olvidados!

Olvidados por sí mismos retroceden en el tiempo,

volviendo a ser niños lenta o rápidamente.

Niños mayores que nada aprenden.

Y en ellos, en su consciente,

Todo lo que antes habían aprendido,

se les va perdiendo.

 

En momentos escasos de lucidez,

saben quién eres. ¡Nos conocen muy bien!

Y con lágrimas en los ojos

preguntan con inusitada timidez,

si lo que están viviendo,

es vivir… o a morir están aprendiendo.

 

Se sumergen de nuevo en su mundo de sombras

donde de tinieblas se van cubriendo.

Atrás quedó el saber amar, andar y comer,

el don de la palabra, y hasta el conocer.

También a la zaga se les quedan

sus odios, envidias y rencores.

Y de su condición humana,

todas sus ansias por poseer.

De todo se van olvidando

retornando a su nacer.

 

Al resto, a los humanos,

Tan sólo nos queda cuidarlos,

quererlos, y padecer  su olvido

pensando y sabiendo

que… ¡No son vegetales!

Son muchos seres humanos

que, sin desearlo ni buscarlo,

son atacados por una horrible enfermedad…

 

….EL ALZHEIMER

 

© J.E.C.L.   1-08-2003