DESIERTO ARDIENTE

Tan sólo cinco minutos

hace que tú  te has ido.

Tan sólo cinco minutos,

que de mi vida has desaparecido.

 

Sacié mi enorme sed de amor,

con el frescor del manantial de tus besos.

Y ya me siento de nuevo

como ardiente desierto.

Esperando volver  a encontrar en mi camino

el oasis que, para mí,

estos momentos contigo han sido.

 

Vergel para el reposo

donde mi espíritu se ha solazado.

Haciéndome olvidar por completo

todas mis inquietudes.

Mas…, ya empiezo a sentir enormemente

la ausencia de esa fuente de agua fresca

que, para mi ardiente,

e impetuoso ánimo,

tus escasas pero profundas

y reconfortantes palabras,

han representado.

 

 

© J.E.C.L.