AUSENCIA

Hasta mí llega, de tu corazón, el latir,

con sus acompasados sonidos,

haciendo que se me nublen los sentidos

y alegrando todo mi existir.

Son como trinos de aves melodiosas

que me recuerdan nuestra primavera,

cuando disfrutábamos en la rivera

el despertar de nuestras almas dichosas.

 

De emoción se me llena el corazón

al recordar nuestro paso por el verano,

que tan sólo con el roce de las manos,

se inflamaba nuestra ardiente pasión.

Mas, nos llegó el otoño en forma de tormenta

y por extraños y oscuros motivos,

el viento nos separó a otros destinos,

arrastrándonos a llevar una vida muerta.

 

Hoy, tu ausencia de nuevo me llega

haciéndome olvidar todos mis pesares,

y tu alma blanca hasta mí vuela,

dando luz a mis nuevos andares.

Por uno de tus deseados besos

yo cambiaría toda mi suerte.

Me olvidaría de mis excesos

si con ello lograba no perderte.

 

Esperemos al final del camino

a que, en nuestros jardines ajados,

se instale el inevitable y frío invierno.

Es posible que de nuevo nos encontremos

y podamos recordar, juntos,

nuestros más bellos momentos.

 

© J.E.C.L.  6-8-2004