A ESE AMOR AVENTURERO DESCONOCIDO, DESEADO Y AUSENTE

Son mis días de estío
largas noches tenebrosas,
por estar tú, corazón mío,
en esas tierras hermosas.

Celos tengo de los montes
que tú has recorrido.
Tengo celos de las fuentes
cuyas aguas has bebido.

De los árboles y aves.
Del azul de ese cielo.
De las lluvias tan suaves,
que te mojan con más celo.

Celos tengo de los ríos,
donde desnuda has nadado.
Tengo celos de los fríos,
que tu cuerpo han besado.

Necesito del sol sus rayos,
que tus días acompaña.
Preciso la luna blanca,
que de noche su luz te baña.

Pienso en ti con añoranza,
sin haberte conseguido.
Mas tengo la esperanza,
de que a mi habrás venido.

Noto en mi cuerpo placer.
Siento amor en mi alma,
viéndote sin poderte ver.
Oyéndote con más calma.

Siento tu ardiente pecho,
junto al mío reposados.
Creo estar en tu lecho,
por el amor abrasados.

Noto tus cálidas manos
recorrer mi anatomía.
Siento tus dedos profanos,
como rosas que son mías.

Añoro en mí tus brazos
sin habernos abrazado.
Tus labios de finos trazos,
sin habernos besado.

Noches de invierno espero
como día florecido,
porque el mundo entero
tu ser me habrá traído.


© J.E.C.L.